al traducir este concepto lingüístico al diseño gráfico nos encontramos ante la perspectiva del
“arte de diseñar y persuadir”.
Entenderemos que la retórica de la imagen implica el conocimiento de diversas facetas de la comunicación que coadyuven a la creación de mensajes con intenciones específicas de persuasión para el consumidor visual al que se dirigen.
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